Después de unos meses en que se observó un lento declinar, finalmente las materias primas parecen haber iniciado una decidida caída, como se ve en el gráfico del índice CRB para compras al contado, que ha recuperado los niveles de principios de año.
Los metales preciosos han caído también con fuerza. Al igual que pasó en 2008, la plata lo ha hecho mucho más que el oro, llegando a perder más del 25% de su valor en pocos días, mientras que el oro ha caído menos de la mitad.
El Brent ha aguantado mejor, perdiendo un 7%.
Mientras, los alimentos también bajan de precio, pero sólo un 5%, colocándose a niveles de principios de año.
En resumidas cuentas, la falta de medidas monetarias muy agresivas por parte de la Fed más los temores cada vez mayores de que estamos en la senda de una nueva recesión mundial han hecho hundirse los precios de las materias primas. Sin embargo, creo que es un error presuponer que se va a repetir la historia de 2008. Hay que tener en cuenta que en 2008 veníamos de la “Gran Moderación”, y existía un exceso de confianza por parte de los reguladores en la estabilidad y robustez de la economía y en particular del sistema financiero. Esta confianza, desde luego, ha desaparecido por completo, por lo que es de prever que se vayan estableciendo agresivas medidas monetarias según vaya deteriorándose la situación. Esto pienso que evitará un colapso del sistema financiero pero introducirá aún más ineficiencias en la economía, exacerbando el proceso de financiarización de ésta. Si le unimos los problemas cada vez mayores con los recursos, pienso que este proceso hará que la economía se esclerotice y pierda toda o casi toda su capacidad de crecimiento, al menos en los países desarrollados.