Transcribo este comentario de Pedro Prieto en Facebook, porque merece ser destacado.

“Lo dicho: hay gente que todavía quiere seguir creciendo y volver a la situación pre-crisis; esto es a 800.000 viviendas de obra nueva por año; a dieciseis mil kilómetros de autovías, 3.000 Km de AVE nuevos por año, dos aeropuertos más por año, 3 ó 50 millones de turistas más por año, por encima de los 58 millones que ya recibimos cada año. Todos queremos más, todos queremos, en el fondo, seguir creciendo y consumiendo más. Si se consume menos, es una tragedia, hasta para los “expertos” en el foro de energía. Más acero, más asfalto; mas ladrillo; más coches, muchos más coches y autobuses y trenes y camiones y grúas y excavadoras; más empleo en la minería para seguir sacando lignitos pardos, asquerosos y ultracontaminantes; más empleo en la banca para que haya seis empleados tocándose la pirindola en sus mesas vendiendo productos financieros complejos a los incautos y a los avariciosillos, mientras un solo empleado o empleada atiende en el mostrador a una cola de clientes ninguneados que solo quieren ir a sacar o meter algo de dinero y tienen que aguantar media hora de cola; más publicidad, que ya no basta con cuatro horas diarias en cada uno de los 70 canales de televisión; más licenciados en las 50 universidades españolas cada año, especialzadas en vomitar titulados de disciplinas raras como “Dirección y administración de Empresas” (Qu’est-ce que c’est?) o abogados para pleitear cda vez más; o arquitectos para un país que ya está lleno de construcciones, o ingenieros de caminos, para un país atravesado por ellos o especialistas en imagen y sonido, en un mundo en que van ya cinco mil periodistas a echar fotos al mismo partido de futbol o ingenieros de telecomunicación, en un país con 47 millones de habitantes y 55 millones de teléfonos móviles y 30 millones de telefonos fijos y otras tantas líneas de Internet, además de 800 millones de televisores planos de última generación hasta en el váter; o ingenieros agrónomos y forestales en un país que se convierte en desierto a marchas forzadas. Todos queremos más. Todos queremos volver al crecimiento infinito y a los días de vino y rosas, donde los golfos tenían sus comisiones y pellizcos y además, los demás salarios a fin de mes. Todos queremos seguir creyendo que si los golfos se privasen de las comisiones, y demás granujerías, los 47 millones podríamos seguir viviendo bien o muy bien. Queremos seguir vendiendo camisas con gemelos y corbatas brillantes y trajes buenos para pijos con pelo de gomina que llenen bares y restaurantes de lujo. Queremos botellón todos los jueves y viernes y sábados del año. Queremos que los índices macro y microeconómicos sigan volviendo a mostrarse alcistas, siempre subiendo, siempre a la izquierda más bajos que a la derecha siendo el eje de abscisas el tiempo; queremos volver a la senda del crecimiento, en definitiva, que es como la senda de los elefantes: algo imparable. Por querer, los bomberos queremos más incendios forestales cada año, para seguir cobrando a final de mes y que nuestros trabajos sigan siendo imprescindibles (hasta que se acaben los bosques, o quizá incluso más, porque también se pueden quemar las urbanizaciones ¿no?). Y los del SAMUR y el SUMMA , junto con la Guardia Civil de carreteras, queremos más accidentes en carretera cada año, aunque a los de la DGT se les paguen bonus por tener menos; allá ellos. Necesitamos más tomatinas en Buñol para desperdiciar tomates por cientos de toneladas, si con ellos “vendemos” más en turismo. Y los pamplonicas esperamos este año doscientos millones de borrachuzos más que el año pasado, corriendo delante de los toros, aunque se formen amasijos humanos, que eso es bueno para la actividad del sector turístico y para ael SUMMA y el SAMUR y el Hospital de Cruces, que a ver si lo hacemos de pago. El caso es que haya actividad, mucha actividad; hay que crecer otra vez ¿se enteran? ¡¡Hay que volver crecer!!”

Añado este comentario hecho también por Pedro:

“Para los que estáis asustados o preocupados por la posibilidad de que podamos retrotraernos a los niveles de los años 80, ya firmaría yo quedarnos en ese nivel de los años 80 de España, por no decir del 90% de las personas del planeta en las que ahora estoy pensando. Aunque ahora que lo pienso, como no has especificado el siglo, quizá tengas razón si hablamos del año 80 de nuestra era. Creo que no se ha entendido bien que esto no es un final de ciclo o una caída temporal, sino un problema de agotamiento físico e irreversible y continuado de recursos que dieron la ilusión de que el llamado Estado de Bienestar podía durar para siempre. Si no es que no se quiera crecer: es que no hay de dónde. ¿Alguien imagina más embalses en España? ¿Más carreteras, durante otros cien años? ¿Más tiendas de chinos, quizás? ¿Una sucursal bancaria en cada portal, para seguir creciendo desde la situación actual de una sucursal en cada esquina de manzana? ¿Alguien quiere (o cree que se pueden tener) más estelas de aviones en los cielos, con diez veces más de los más de 1.000 vuelos diarios de Barajas, que cuando voy a por el pan por las mañanas, veo el cielo cruzado a latigazos por decenas de ellas? ¿Es eso Estado de Bienestar o estaremos confundiendo el culo con las témporas (Cela dixit)? ¿Más bares de copas, más discos, más tabernas para echar el mus? ¿Más periódicos y revistas que empapelan cincuenta metros cuadrados diarios solo con las portadas, en los quioscos, de esa prensa que se queja de que pierden mercado y que la información se va a la red? ¿Más autistas de Iphone maridados con Smartphone? ¿Más crecimiento todavía? ¿Tan difícil es pensar que quiza sea posible otro mundo en que el empleo no tenga que ver con el crecimiento eterno y sacrosanto? ¿Por qué será que mi abuelo en el pueblo nunca habló de desempleo ni de Estado de bienestar y nunca estuvo parado, salvo cuando se echaba unas gloriosas siestas que le proporcionaban,por cierto, mucho bienestar, aunque este fuese con minúsculas? En fin, rarezas mías, rarezas de un tipo raro, no me hagáis caso. Vosotros a seguir pidiendo Estado de Bienestar, o “más Europa, más euro” o crecimiento sin cuento.”