En este artículo se analiza el desacoplamiento entre costes laborales dentro de la Eurozona. Aunque mi opinión es que bajando costes laborales las exportaciones subirán mucho menos de lo que se suele decir, debido a que el peso de los costes de la mano de obra en la industria europea es realmente bajo, sí que es cierto que los déficits en las balanzas de pagos han de cerrarse de forma inevitable. Eso se puede hacer por varios medios: devaluación, depresión de la demanda interna o incrementos de la productividad (que provocarían un aumento de las exportaciones). La primera vía está cerrada, y la tercera es lenta y difícil. Por lo tanto, a corto plazo, no queda más solución que la segunda, que de hecho es lo que se está haciendo en la Eurozona. Italia ya ha concluido el ajuste, e Irlanda lo hizo hace tiempo. Portugal, Grecia y España equilibrarán la balanza en unos pocos trimestres. Francia ni siquiera lo ha comenzado, como es lógico dado que se financia sin problemas.
Pero después de esta depresión de la demanda interna queda un legado terrible, que es el paro. Los países con mayores desequilibrios, que eran Grecia y España, finalizarán el proceso con una tasa en el entorno del 30%. Portugal rondará el 20%, Italia el 12% (aunque con una minúscula población activa) e Irlanda el 15%. Aquí es donde entra la lógica de la Troika de bajar salarios, pues entienden que de esta forma conseguirán que disminuya el paro. Desde luego esto no es nuevo, y ya se utilizaba en el siglo XIX. El fracaso de este tipo de políticas durante la Gran Depresión es lo que llevó a la revolución keynesiana, ya que, lejos de estabilizarse la situación, ésta se enquistó con terribles crisis financieras (por todos lados), sociales (también en todos sitios) y políticas (básicamente en Francia y sobre todo Alemania). De hecho en 1933 la situación en los países que seguían aplicando tales políticas era bastante peor que en 1930.
El problema es especialmente grave en España, donde al brutal problema del paro se suma una crisis financiera que está en sus albores y una crisis política que amenaza con desmembrar el Estado. El Gobierno parece confiar en que se controle la espiral deflacionaria con un aumento del crédito en 2013, pero es bastante dudoso que eso sea así, dadas las minúsculas cifras que se están manejando para sanear la banca.
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Si quieren aumentar la productividad de manera drástica, rápida y efectiva prueben a contratar a un ingeniero informático (risas). No, en serio, sólo tienen que pedirle a un ingeniero que diseñe un sistema software exclusivo para la gestión de su empresa.
Lo de comprar un paquete de software e instalarlo puede hacerlo “casi” cualquiera (con perdón), y para “arreglar” el PC hay técnicos de microinformática de sobra (y algunos muy buenos), pero nada de esto le dará ventaja alguna respecto a cualquier otra empresa de su sector (salvo que estén aún más obsoletos que ud). No hacerlo puede ser “mortal”, sin duda, pero hacerlo sólo le colocará al nivel básico de todas las demás. (Por cierto, un ingeniero informático puede ser la persona perfecta para seleccionar al técnico, pero no le pida a un arquitecto que, de paso, coja una brocha y le pinte las paredes de su casa, por mucho que apele a sus “anillos”).
Un software diseñado expresamente para una empresa, tras un profundo estudio del Modus Operandi de cada puesto de trabajo, de la gestión interna, de los procesos, y de un largo etc de tareas, puede no sólo ahorrarle mucho tiempo y trabajo a su empresa, sino responder afirmativamente a eso de -“¡Hombre! ¡Si eso pudiera hacerlo el ordenador!”. Es muy difícil que alguien que no haya estudiado el tema en profundidad (lenguajes de programación, análisis, diseño de sistemas y bases de datos como mínimo) comprenda de lo que estoy hablando, pero en informática “casi” todo es posible. Hay sectores en los que el software ha avanzado tanto que puede que le baste con instalar un programa o dos (retoque fotográfico, arquitectura, etc…) y contratar a un par de profesionales de su sector con los conocimientos suficientes para sacarle partido dicho software, pero esto no ocurre por igual en todos los sectores. Si no es su caso: contrate a un ingeniero informático.
Y este ingeniero hará muchas cosas más, seguro, y proporcionará muy buenos consejos sobre otras de las que ni imaginaba que un informático pudiera saber. (Otro apunte: en España, el Ingeniero Tec. en Informática de Gestión, por ejemplo, también estudia gestión y administración de empresas, entre otras, como asignaturas troncales dentro de su carrera, al menos como para saber de lo que le habla). Seguro que muchas de las “cosas” que le dirá usted ni las entenderá; evitar ese desconocimiento del potencial de un ingeniero informático si que puede ser una tarea ardua pero puede solucionarse con algo muy simple:”confianza”.
¿Sabe ud. Pilotar un avión? ¿confía ud en el piloto? Pues mejor (o peor) para ud.
No puedo enseñarle fácilmente lo que aprendí en mis muchos años de Universidad, durante la lectura de cientos de libros y artículos, ni mucho menos lo que aprendí luego gracias a toda esa “base”, pero si que puedo afirmar que el software marca la diferencia al hablar de productividad. Ahora bien, puede fiarse de lo que le digo, o no.
DPM.