Los tan “malvados” y tan mentados especuladores bajistas cumplen una función esencial en el mercado, y es descubrir el precio real de las cosas, poniendo para ello su patrimonio en riesgo (no como otros, que tiran del maná eterno del Estado, o sea del dinero de todos). Cuando algo tiene un precio verdaderemente bajo no es justo que nadie lo enmascare, se llame Gobierno o BCE.
Si fuese cierto que los especuladores fueron los culpables de la quiebra de Grecia e Irlanda (que yo tengo mis dudas), hay que darles gracias por haber levantado la alfombra que escondía la ponzoña contable y el desmesurado endeudamiento de estos Estados en connivencia con sus sistemas bancarios.
Por otro lado, lor órganos de planificación central como el BCE con sus funcionarios y sus procesos lentos, torpes, burocráticos y politizados, afortunadamente no tienen ni una fracción de la iniciativa, ambición e incentivos que tienen las entidades privadas que operan libremente en el mercado adoptando posiciones contra divisas o deuda soberana sobrevalorada. Muchos se sorprenderán cuando vean que muy probablemente el BCE o la Fed sean doblegados por el mercado, liderado por estos agentes privados o “malvados” especuladores bajistas.
Estoy convencido de que en esta crisis se demostrará que los organos de planificación central ni funcionaron antes cuando todo iba bien, ni funcionarán cuando las cosas vayan mal. Son solo peleles que afortunadamente no pueden hacer otra cosa que seguir penosa y precipitadamente a los acontecimientos y al mercado.
La única vacuna contra la inexorable justicia del libre mercado es ser prudente y eficiente en tu gestión, de forma que no haya ninguna vulnerabilidad que atacar. Es absolutamente necesario y casi siempre inevitable que el que se endeude a lo loco y despilfarre pague las consecuencias.
Ay de nosotros si tuviésemos que confiar únicamente en la honestidad de los gobiernos para reconocer sus problemas. Gracias especuladores, gracias mercado libre por sobrevivir a pesar de todo.
Manuel Polavieja.
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