Este gráfico representa fielmente la frase: “Puedes llevar el caballo hasta el río, pero no puedes obligarle a beber”. No importa cuanto baje Bernanke el interés al que presta la Fed, ni cuanta “liquidez” inyecte en el sistema. Si no hay demanda de crédito, los préstamos no creceran y por tanto las inyecciones de dólares no circularán por la economía.
Las familias, las empresas y los Estados de prácticamente todo el mundo están ya absolutamente empachadaos de crédito, sus balances apenas admiten un céntimo más de pasivo. Hasta que no se desinfle la descomunal burbuja de crédito que se ha construido durante los últimos 40 años y los agentes económicos liquiden su endeudamiento, es extremadamente complicado que “provoquen” la cantidad de inflación que pretenden (en concreto inflación crediticia).
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