Entrevistamos a Xavier Cugat, (eolosbcn, @revenergetica) ingeniero y director de la filial española de la empresa alemana RPV y uno de los mayores expertos en energías limpias del país, Xavier nos desvela lo que se esconde tras la desastrosa situación del sector energético, y las razones por las que la factura de la luz ha experimentado un elevadísimo incremento amenazando con aplastar la competitividad de las empresas y los bolsillos de los ciudadanos. Sus respuestas se apartan considerablemente de la versión oficial.
1.- Xavier ¿Cual era el marco regulatorio anterior en el tema de las ayudas a la fotovoltaica?
Las renovables reciben primas, no subvenciones. A muchos puede parecerles lo mismo, pero no lo es. Las renovables reciben un precio tasado por el gobierno fuera de mercado por cada kWh generado. Si no generan, no reciben dinero. Esto ya es una diferencia sustancial que nos lleva a constatar que aquel rumor urbano de “yo conozco a alguien que montó una fotovoltaica para recibir la subvención y ahora está parada” es falso. No existe tal subvención previa. Existe el precio primado por energía generada. Si genero, ingreso. Si no genero, no puedo ingresar y, por tanto, obtener beneficio. Y este precio tasado por el gobierno ha sido siempre más elevado que el que ha marcado el mercado. Lo cual no significa que en un futuro no pueda estar por debajo del precio de mercado. Este precio da valor a diversos conceptos a los que el mercado no da valor, pero si son interesantes para la sociedad. Por ejemplo, la independencia energética y la balanza de pagos.
2.- ¿Cuál es la situación actual?
En el año 2010 el gobierno decidió poner en marcha un primer recorte retroactivo que supone una reducción entre el 15% y el 35% de los ingresos de las plantas fotovoltaicas, dependiendo de su localización geográfica y tecnologías utilizadas. Este recorte no se hizo recortando las primas, sino recortando las horas primadas. Se hizo así porque en aquel momento se pensó que esto daría menos problemas legales. Con lo cual las plantas cobran las primas comprometidas durante los primeros 7-9 meses del año y luego pasan a vender su electricidad directamente a mercado sin cobrar primas. Esto crea el efecto de que las primas suben mucho al principio del año, pero luego al llegar el final de año se moderan, porque la fotovoltaica empieza a dejar de cobrar sus primas durante ese año a partir del 7º mes.
Ahora el nuevo gobierno parece querer introducir un impuesto dependiente de la tecnología, en el cual se habla de un 19% para la fotovoltaica. Esto es una nueva de vuelta de tuerca fatal. Primero por la mala imagen exterior que se da del país. Un gobierno que se compromete a unos pagos y luego no los cumple. Algo así, en estos momentos da una imagen de república bananera. Por otro lado porque es injusto. Podemos entrar en la discusión de si es mucho o es poco, pero desde luego el error no fue de los inversores, que se ciñeron a un marco normativo. Y tampoco de la tecnología renovable y especialmente la fotovoltaica, que ha demostrado su validez con su evolución estos últimos años tanto en costes como en fiabilidad técnica.
3.-La mayoría de analistas describen el estado del sector como desastroso.
Con la fotovoltaica el gobierno, en un momento determinado, comete un error de cálculo económico. Un error del que incluso recibió advertencias de las asociaciones de renovables, porque todos los que estábamos en el sector veíamos lo que iba a pasar. En el año 2007 la fotovoltaica era una tecnología cara y aún lejos de su madurez tecnológica. El gobierno de Aznar quería impulsar esta tecnología a unos límites razonables de 450MW. El gobierno Zapatero mantuvo tanto la tecnología, como las primas, como los objetivos y aprobó en mayo de 2007 para ir frenando las tecnologías cuando llegaran a este objetivo el RD661/2007, totalmente irracional para la fotovoltaica. En él establecía que una vez llegado al 80% de este objetivo el gobierno avisaría y daría un año para instalar fotovoltaica. Pues bien, a ese 80% se llegó en 4 meses, concretamente el 28 de septiembre. Una de las ventajas de la fotovoltaica, que no tiene ninguna otra tecnología es que se instala muy rápido. Si yo digo mañana que quiero instalar una barbaridad, pongamos 20.000MW de generación eléctrica, en un año, solo la fotovoltaica puede hacer eso. Ni el gas, ni el carbón, ni la eólica, ni la termosolar, ni por supuesto la nuclear, pueden instalar generación a esa velocidad. De hecho, me consta ‘off-the-record’, el Ministro de industria fue advertido por la gente que sabía de renovables dentro del propio Ministerio.
4.-¿El Ministro fue advertido de que estaba cometiendo un grave error?
Sí, le dijeron que para la fotovoltaica establecieran un plazo de 3-6 meses como máximo. El ministro se plantó y dijo que todos iguales. Lo cual hizo que ante unos beneficios muy golosos, con rendimientos del 12% o en ocasiones incluso algo superiores, se disparará el volumen de inversión, hasta llegar a los casi 3.000MW instalados con unas primas de unos 450€/MWh, que es un coste elevadísimo para tal volumen. Cabe decir que se suele ‘criminalizar’ estos porcentajes de rendimiento e incluso el llamar inversión a esto. Cualquier instalación industrial es una inversión. Prácticamente todas las inversiones industriales se hacen en base a créditos porque ello permite a la empresa donde podía invertir 100 con recursos propios, invertir 500. Y los beneficios tan elevados tampoco eran ninguna barbaridad teniendo en cuenta que el coste de una inversión va relacionado con el riesgo.
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